Una aventura de verdadero "desamor y de traición". En este capítulo XXVII, descubrimos a un Cardenio lleno de tristeza y amargura por la traición a que es sometido por él que creía un amigo y por la que pensaba era su amor correspondido.
Para mi, es hasta ahora el pasaje más triste que aparece y pienso que da visos de lo que supuso el "amor cortés" en la época que tratamos. O mejor dicho la influencia de éste en la obra, que se configura en Don Quijote, y concretamente en Cardenio.
Durante los siglos XII y XIII, los trovadores cantaban una forma de amor que se basaba en la idealización de la dama y en el servicio amoroso, esto es: El amor cortés. La literatura caballeresca tomó estas premisas produciéndose un travase desde la literatura de corte lírico. Que sin duda ahora vemos reflejado en la obra que provoca este escrito.
La Idealización de la Dama: para el enamorado la amada encarna valores muy cercanos a lo divino (adorada, soberana), sintiendo en ella todos los dones de la naturaleza. Sin duda es lo que sentía Cardenio antes de descubrir la traición.
El Servicio Amoroso: no solo es enamoramiento real y platónico, es algo más; conlleva cortesía y humildad, es decir amor ciego, sometimiento y fidelidad inquebrantable. Tanto amor que obliga a realizar al amante todo tipo de hazañas. De nuevo se vuelve a usar la parodia con Cardenio.
Por tanto la finalidad del amor no es la amada, sino que ella es un medio para llegar al amor, que por cierto Lucinda rompe.
Me mata la curiosidad, por ver lo que dice el papelito del escote... pero eso será otro cantar en el próximo capítulo.
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