HOMENAJE A "EL QUIJOTE"

jueves, 19 de febrero de 2009

EL QUIJOTE y el rescate

Grupo de lectura de El Quijote

En el capítulo de esta semana el XLI, da por terminado Don Miguel este relato intercalado, que nadie discute, es más todos asumimos los tintes autobiográficos que lleva inmersos.

!Ay D. Miguel ¡, ! que más hubieses querido que tu triste estancia en Argel acaeciese tal y como la cuentas y que encima de recuerdo trajeses tan bella dama¡.

Rocambolesca y aventurada historia finaliza, en la que a mi personalmente me llama la atención la importancia que se le da en este capítulo al dinero y al amor. Al amor que el cautivo siente por la cautiva y al dinero seguramente por el trabajo que costó reunirlo para que Cervantes consiguiese la libertad.

En 1575 Cervantes, ya manco de Lepanto, y intentando volver a España desde tierras italianas, su galera en la que viajaba es atacada por los corsarios berberiscos y fue hecho prisionero junto a su hermano.
Para mala suerte añadida, portaba unas cartas de recomendación por lo que los "raptores" pensaron que era hombre de corte, rico e influyente; a la vista de lo cual se pidió un fuerte rescate de 500 ducados de oro (que equivalía a 4.500 euros aproximadamente, gran cantidad si lo comparamos a lo que ganaba un manufacturero , unos 2,40 euros al día).

Es evidente que difícilmente su familia, humilde donde las haya, hubiere podido juntar tal cantidad. Como ya dijimos su cautiverio duró 5 años, en los que intentó huir en varias ocasiones (huida del cautivo). Su familia envió dinero para el rescate, pero no fue suficiente, por lo que nuestro escritor decidió que fuese liberado su hermano.

Si como hemos apuntado intentó huir en varias ocasiones, también fue traicionado otras tantas, parece que el último intento por escapar se produce por una cantidad de dinero que un mercadés de Valencia entrega a Cervantes. Con ese dinero adquirió una fragata capaz de llevar a 60 cautivos cristianos; en el último momento es traicionado por uno que también iba a ser liberado (por la traición le pagaron un escudo y una jarra de manteca).

Es entonces, encerrado en una prisión más segura la de los Baños, y cuando estaba a punto de ser trasladado a Constantinopla, unos trinitarios (religiosos que se encargaban de canjear a los cautivos por los rescates o por ellos mismos) que llevaban los 300 escudos que se habían reunido para su liberación... hubieron de pedir a otros mercaderes que se encontraban en Argel el resto para conseguir su liberación...e hicieron el pago en el momento justo, en el barco que llevaba Don Miguel a un destino difícil de retornar.

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