Tras dejar la aventura amorosa de Marcela y Crisóstomo, y volver en definitiva a las aventuras de fantasía de nuestro héroe, eso si bastante magullado por culpa del acontecimiento libidinoso de su jamelgo, caemos de lleno en el capítulo XIV.
Aparecen personajes nuevos, y es una mujer la que toma bastante protagonismo: Maritornes ; desde luego no por su belleza, precisamente la descripción que de ella se hace no es ideal en tiempo alguno, pero sin duda una belleza para Don Alonso.
Es evidente que al describir a Maritornes, Cervantes adopta un punto de vista no muy objetivo, presentándonos una visión un tanto deformada y ridícula del personaje. No obstante , muy lasciva la pinta. Todo lo contrario al retrato que se hizo de Marcela en los anteriores capítulos.
Típica situación, la picaresca: una venta –lugar que se asociaba al pecado, gentes de mal vivir y donde se podían encontrar mujeres promiscuas y de baja estopa – tono erótico y algo de historia liada junto a la descripción grotesca de nuestra protagonista Maritornes.
Más adelante se verá que la belleza anida en el interior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario